Las mujeres no somos complicadas
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Las mujeres no somos complicadas

las mujeres no somo complicadas

«Las mujeres de hoy tienen el doble de responsabilidades que sus madres. Además de verse obligadas a trabajar por la presión económica a la que están sometidas, cargan con el imperativo ancestral, y quizás genético de las tareas domésticas. A diferencia de los hombres, el instinto protector y maternal de las mujeres se compone de una singular serie de anhelos heredados, deseos, necesidades y principios desarrollados por una larga línea de predecesoras competentes y orgullosas de sí mismas. Pero la mujer de hoy, a diferencia de su madre, intenta mantener este legado al tiempo que se gana la vida y trabaja de nueve a cinco.

Las mujeres modernas no están estresadas sólo por el trabajo. Lo explicaré con dos actitudes opuestas. A la mayoría de hombres les encanta vivir en un hogar bonito y ordenado, pero al volver por la noche, aunque la casa esté hecha un desastre, se relajan como si nada mirando la tele. El desdorden no les importa demasiado. En su mundo, relajarse es la máxima prioridad, por eso cuando llegan no ven más que su cómodo sillón. Después de una larga jornada, la mera idea de volver a casa hace que un hombre suspire aliviado y empiece a relajarse.

Pero las mujeres son muy distintas. Sólo pensar que han de volver a casa les pone los pelos de punta. Piensan en los platos sucios y en la montaña de ropa sucia. Cada célula de su cuerpo dice: «Limpiar la casa es lo primero, después ya descansaré». ¿Descansar? ¡Ni en broma! Su mente les hace sentir culpables si no cumplen con las tareas doméstica que se espera que hagan. A lo largo del día han ido creando mentalmente una lista de todo cuanto deben ocuparse antes de poder descansar o divertirse…»

Extraído de Venus al Rojo Vivo,  Marte bajo cero de John Gray.

Estela Freytes Alonso
Terapeuta Craneosacral
Neurosicoeducadora

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